Sólo a veces,me paro a pensar. ¿Dios me quiere? ¿Por qué tanto dolor en el mundo? ¿A qué viene tanta desigualdad,procedente de un dios que nos quiere a todos por igual?
Traté de creer. Traté de pensar que en la "Santa Iglesia",podría encontrar respuestas,algo que me aliviara. Algo que me dijera que el sentido de un mundo banal no es simplemente asumir tu drama durante toda una vida,con suerte,siendo esclavo de un puto sistema podrido. Algo que me diera alas,me iluminara.
Nada.
Siento cómo el universo se ríe en mi puta cara,mientras un soplapollas vestido de blanco dice que es la representación de un dios,que no nos quiere,en la Tierra. Veo todos los días imágenes de diferentes personas que mueren en nombre de diferentes dioses. Veo también cómo vidas se destruyen a la velocidad en que una bomba revienta los intestinos de un niño palestino de apenas 8 años.
Eso no es lo malo. Ni siquiera es lo peor. Es simplemente la consecuencia de la jodida estupidez humana.
No,la culpa no es de los dioses. La culpa es sólo de la raza humana. La culpa es de la mentalidad de una especie maligna,un cáncer que la Tierra estaría contenta de quitarse de encima. La culpa es de toda aquella persona que de verdad se cree que los humanos somos distintos unos de otros,los que creen en las fronteras y en las razas,los que son incapaces de ver más allá de las intoxicadas páginas de un libro que les dice cómo tienen que pensar,sentir y actuar.
Viva la racionalidad.
Es por ésto,y por mil cosas más que no cabrían ni en tres Coranes juntos,para mi no hay importancia en la existencia de los dioses. No les importamos una mierda.
Y es por ésto,que el nombre de dios,nunca,nunca,nunca,irá en mayúscula para mi.
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