Del latín indiferenttia. Dícese del estado de ánimo en que no se siente inclinación ni repugnancia hacia una persona, objeto o negocio determinado.
Esa puede ser la palabra. Ese puede ser el sentimiento. Pero, ¿se puede considerar algo así,un estado de ánimo? No. No es la palabra,no es un estado de ánimo. Cuando no puedes sentir nada, no estás a merced de nada,de nadie. Nada te hiere.
Esa podía ser una descripción acertada,pero la realidad es que para mi,no es más que una frustrante meta que aúna lo mejor y lo peor del raciocinio humano. Vivir a gusto,en una deliciosa mentira que odias,y que sin embargo,puedes controlar.
No es fácil,nunca nada bueno lo fue,tal vez por eso sea aún más necesario. Buscar una meta que seguir, un sueño que perseguir, y un hombro sobre el que reír. Buscar una voz con la que gritar, un amago de belleza en las lágrimas más húmedas, un gesto de dulzura en el enajenamiento ajeno.
Que sean tus errores siempre los que guían el camino. Todo lo demás,la verdad,me importa cada vez menos.
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