Nada fuera. Nada ni nadie que reclame la realidad,ni que la llame por su nombre. Sólo una turbia cadena de intereses creados a partir del propio desinterés. Apariencias de contenedor,una realidad que no es la que es. Tal vez no sea.
Tal vez ni nosotros mismos seamos.
Mundo extraño,para mentes adaptadas al desasosiego y el orden del caos impuesto por la fuerza. Sinsentidos,tan absurdos como gotas de lluvia que caen en vano,para morir en un desierto de tierra y asfalto,cubierto por el humo de un presente que queda muy lejos,sin significado,pero que vive.
Sólo de momento.
Hasta que la realidad nos separe.
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