Una mañana más, en la que normalmente, no eres tú. Buscar la inspiración entre el mundanal ruido de la gente te parece inverosímil, y aún así, aquí estás. Luchando por aprender a buscarte, cuando a veces olvidas el qué buscar. Aprender a aprenderte. Sabes que no eres tú, pero aquí estás. Descifrándote letra por letra en un entresijo de posibilidades, deseando que la noche te hubiese tratado mejor y levantándote, como si esas pesadillas no te atormentasen también en el cobijo de tu cama.
Queda aún tiempo para darse por muerto.
Empieza a haber más ruido.
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